Para los amantes de la moda, Gabrielle Chanel es un sinónimo de París, pero debemos recordar que su amor por Venecia también era profundo. Venecia, ‘La Serenissima’, fue el lugar donde, a los treinta años, la modista se tomó un prolongado año sabático mientras lloraba por el amor de su vida, Boy Capel.
Las inspiraciones que extrajo Coco Chanel del laberíntico trazado de la ciudad y de sus símbolos de identidad (las camisas a rayas de los gondoleros, el emblemático león, los mosaicos bizantinos, el Pala d’Oro, el retablo barroco de la Basílica de San Marcos) conforman parte del encanto de la maison hasta nuestros días.
La firma recordó esos años de frenesí social de Madame Gabrielle en el famoso Harry’s Bar de Venecia 2022, un pequeño club con una gran reputación, ya que es uno de los lugares favoritos de la alta sociedad, los artistas, los actores y creativos, y ha sido un lugar de encuentro desde hace casi un siglo, pero nunca se había llenado de tantas estrellas como en el Festival Internacional de Cine de Venecia 2022.
El lunes por la noche, una cena íntima pero muy bien organizada atrajo a una constelación de estrellas, desde íconos como Tilda Swinton, Penélope Cruz y Anna Mouglalis hasta una nueva generación de talentos jóvenes, entre los que se encontraban Sadie Sink, la actriz italiana Fotinì Peluso y la artista, escritora y actriz suiza Kayije Kagame, otra de las estrellas emergentes de la edición de este año.
‘El corazón me late tan rápido que apenas me salen las palabras’, dijo Kagame, que se levantó esa mañana a las 4 para una serie de cosas nuevas en su vida: su primer viaje a Venecia, su primer festival de cine y el estreno de su primer largometraje, Saint-Omer, de la directora Alice Diop, que compitió por el León de Oro. ‘Aquí estoy, y la magia se está apoderando de mí’, aseguró al relatar que conoció a una gran compañera, la escritora y directora Rahmatou Keita.
La actriz de Stranger Things, que se encuentra en la ciudad para el estreno de The Whale de Darren Aronofsky, dijo que se divirtió mucho ‘haciendo un poco de ruido’ con sus looks. Y en efecto lo hizo esa noche con un vestido de tweed de algodón de la precolección Primavera-Verano 2023.
Por otra parte, a sus 23 años, Peluso ya no es ajena al festival, pero confesó que se sintió impresionada en su primera cena en Venecia. Ver a la Directora Creativa Virginie Viard y a sus ídolos de siempre fue un momento de fangirl, dijo, y describió cómo había hablado ‘como una niña de cinco años’ cuando conoció a Penélope Cruz en el desfile de Métiers d’Art en Florencia el pasado junio.
Mientras el sol se ponía y los invitados se desbordaban en la Calle Vallaresso (y ocasionalmente incluso en la cocina de Harry), la actriz dijo que la idea de hablar realmente con Tilda Swinton le ponía la piel de gallina: ‘Considero que la actuación es un trabajo muy importante, así que me da un poco de vergüenza definirme como actriz porque con las actrices reales, que admiro, no me puedo comparar. Espero que algún día pueda encajar con facilidad’, dijo.
Mientras tanto, Swinton, con su corte de cabello platino en amarillo fluorescente, se dedicaba a ‘la tarea de conseguir un Bellini’ con su amiga más antigua en el mundo, la directora Joanna Hogg, en cuya película, La Hija Eterna, es protagonista.
‘Sólo llevo 24 horas aquí, pero ya esto convirtió todo este año en algo muy especial para mí’, dijo. ‘Nos conocemos, literalmente, desde que teníamos diez años, y cuando vinimos por primera vez de adolescentes, hace casi 40 años, juntamos nuestro dinero para comprar un Bellini en el Harry’s Bar. Y ahora estamos aquí de nuevo, y estar aquí con nuestra película es increíble. Venecia siempre es una aventura’.
Mouglalis también evocó un momento grandioso espiritual y sartorialmente: ‘El cine italiano neorrealista es mi ideal cinematográfico. Como verdadera mediterránea, eso es lo que me hizo querer actuar en primer lugar’, recordó, señalando que también eligió un conjunto de Alta Costura de Chanel, esa noche, como un guiño ‘completamente moderno, completamente Virginie’ haciendo alusión a la famosa película El Año Pasado en Marienbad, ganadora del León de Oro de 1961.
‘Venecia es un set de grabación en sí mismo; es como esta fantasía colectiva, una de las maravillas del mundo, una emoción estética permanente, al menos para mí. Mires donde mires, es sublime, siempre hay una historia’, comentó la diseñadora mientras la multitud empezaba a dispersarse en la templada noche. ‘Esta noche, estoy con la gente que quiero. Es como una gran familia, y Venecia es una fiesta’.