Por Christian Alliana
“Oye tío, que estos argentinos están completamente locos. Esto es increíble”, le decía un espectador español a otro cuando promediaba el show de Skay y Los Fakires. “Y cuando comience La Renga ni te cuento”, le respondía su interlocutor mientras se agarraba la cabeza. El diálogo podría sintetizar algo de lo que pasó el sábado en Fuengirola,