Atardecer soñado, con esos colores que da el cielo cuando se abre luego de llover. Entró al escenario principal del Hipódromo de San Isidro, caminó por la pasarela central y, en diez segundos, su presencia se había vuelto de algún modo hipnotizante. Diego Torres y sus años en el mundo de la música tienen su peso y esa prepotencia se siente.
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