En la industria de la música el cambio del soporte físico al puramente digital lo transformó casi todo. Primero, claro, la distribución, hoy concentrada en las plataformas por todos conocidas y consumidas, sin desterrar completamente a los discos físicos, aunque relegándolos a la categoría de consumo de nicho. Pero el nuevo paradigma cambió también otras caras del juego,
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