Alabar un concierto de Iron Maiden es como llover sobre mojado. Esta gente nunca decepciona. Y ya que hablamos de llover, incluso el clima contribuyó para que el regreso del sexteto a la ciudad tuviera un marco espectacular.
El Estadio El Campín estaba absolutamente abarrotado, y con mucha anticipación era realmente difícil encontrar entradas para un concierto que mucha gente esperaba desde 2011,