La anécdota es conocida y ha sido contada por todos sus protagonistas. Cansado de que el repertorio de The Rolling Stones estuviese formado estrictamente por covers de blues y rock and roll, su manager Andrew Oldham encerró a Mick Jagger y Keith Richards en la cocina de su departamento, no sin antes dejar en claro que sólo abriría la puerta cuando el dúo tuviese en manos su primera canción original.
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