“¿Quién quiere una fiesta como si estuviésemos en 1999?”, le preguntó el cantante de Limp Bizkit, Fred Durst, al masivo público que se había acercado al escenario Samsung.
Su pregunta, en plena noche de domingo en Lollapalooza, sonó como la invitación a un pacto: por los próximos 60 minutos vamos a fingir que los canales de videoclips dominan la industria,